Un mensaje de texto, el lunes a la noche. "Hola Lucas soy Marlene. Que te parece si nos encontramos mañana en la facu antes de sonido para conocernos?" Respondo: "Si, dale. Buenisimo Marlene. Nos vemos mañana!"
1.
Quedamos en encontrarnos en la cafeteria de abajo, la de la entrada. Yo soy de llegar temprano a todos lados, asi que esta vez no fue la excepción. Habíamos quedado para las 17hs, lo que nos daba un margen de hora y media para hablar(nos) antes de entrar a la clase de sonido, que, como el resto de las materia, curso con Marlene. Llegó un poco tarde, pero no importa, porque yo llegue un toque temprano y asi quedamos a mano. Igualmente, ella me pide perdón y me tira el primer dato: "es que vengo de teatro...", o era de danza? No me acuerdo bien..,Pero no importa, el tema es que Marlene hace muchas cosas aparte de la facultad. Cosas de las que me voy a enterar apenas encontremos un buen lugar para sentarnos a hablar. La cafetería esta llena y es ruidosa. No va. Pensamos que una buena idea sería ir a un aula del tercer piso. Vamos. Todas ocupadas. Marlene dice que vayamos al entrepiso, "que a esas aulas no las usa nadie". Vamos, una vez mas. Bien. Hay solo un par de chicos cortando cosas con cutters.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana y comenzamos con la charla. Obviamente, la conversación se dispara constantemente para cualquier lado: pasamos de hablar de la familia al cine, de la música a la facultad, de la escuela primaria al trabajo. Un surtido multicolor de temas y tópicos. Sin embargo, ambos rescatamos algo de la charla que, por alguna razón, nos termino interesando mas que otros: creo que a Marlene le pareció sumamente curioso el hecho de que tengo un hermano mellizo, y yo me quede completamente sumergido en una situación en la que ella estuvo enferma. Si bien antes había tenido algunos retratos mentales sobre Marlene, fue recien cuando ella habló de éste período partícular cuando todo lo que tenia en mi cabeza sobre ella empezba a encuadrar. Me la imaginaba inmersa en una cama grande, enferma, frágil, conviviendo con eso, aburriendose en su habitación blanca con algunos posters pegados en la pared, mirando la televisión, rodeada de libros empezados pero jamas terminados. Ese era el retrato que me imaginaba de ella. Y si bien no me equivoco, Marlene también ya me había dicho algo sobre jugar con eso de la doble personalidad a la hora de hacer mi retrato.
Cuando nos dimos cuenta, ya era hora de entrar a la clase de sonido. Quedamos en que nos ibamos a mandar mails tratando de darnos a conocer a traves de nuestros gustos o todas esas cosas que conviven en nuestra cabeza y que de alguna forma influyen muchisimo en lo que somos. Quedamos asi.
2.
Los miercóles también la veo a Marlene. Cursamos Guión. Ahi fue cuando le propuse lo de encontrarnos en la feria del libro. Pero en realidad no me acuerdo. Lo que si recuerdo perfectamente, es que esa noche le mandé el primer mail.
3.
El jueves. Feriado Nacional. Me llega otro mensaja de Marlene en el que me dice que quedamos en vernos el viernes, en la feria del libro. Lo de vernos en la feria se me había ocurrido a mi, un poco como excusa para poder ir a la feria y, de paso, comprarle un regalo a un amigo (Un libro de Salinger que nunca apareció). Nos mandamos algunos mas, decidiendo lugar y hora. Dos de la tarde, en las boleterias. "Listo Marlene, nos vemos el viernes!", fue lo último que le puse.
4.
Llegó el viernes. Viajé sentado en el colectivo, y a esto me lo acuerdo claramente, porque casi nunca viajo sentado. El otro dia alguien en la clase habló sobre lo propicio que es viajar para incentivar la mente a flashear (medio desubicada la palabra, lo sé, pero esa es la exacta). Y esto no podia ser mas cierto, porque desde mi casa hasta Plaza Italia tengo, con suerte, una hora y media, hora y media en la que pensaba en las fotos que le tenía que sacar a Marlene dentro de un rato.
De nuevo llegué temprano. Pero Marlene tambíen. Antes de las dos de la tarde, estabamos haciendo la cola para entrar. En el mail ese que le había mandado, le nombré la pelicula "Dead Ringers" de Cronenberg como una de mis favoritas, y de visión clave si estaba dispuesta a jugar con esos de los dobles. Pero me contó que en el videoclub no la tenían, pero que conseguió "Cromosoma 5" y "El Almuerzo Desnudo". Buenisimo, las dos me gustan. Entramos a la feria por la entrada que esta a la vuelta. Un poco menos de cola. Apenas ponemos un pie en el lugar nos encontramos con un árbol inmenso. Le digo a Marlene si podemos hacer unas fotos ahí. Me dice que no hay problema. Y que bueno habernos topado con ese árbol, que bueno que ella justo se haya puesto un vestido que sería determinante para el resto de las fotos, y que bueno que sea otoño. Marlene jugaba con el árbol como si tuviera seis años: lo abrazaba, lo trepaba, lo miraba, se metía en él. Y yo disparaba los flashes. Que bien que le sientan los árboles a Marlene. Que bien que le sienta el otoño. Y ahí empeze: le sacaba las fotos entre plantas, hojas, troncos. Jugaba con las luces y las sombras de los árboles. Me la imaginaba como una nena que vivía entre ellos, que se escondía en las plantas, detras de las ramas, como un ser pequeño que estaba constantemente mirandonos desde abajo. Había algo como de insecto tambien en las fotos, pero de un insecto festivo, alegre, para nada temible. Algo de mariposa, tambien. Una imagen de Marlene que no se me había ocurrido. Y que apareció. Y que me gustó.
Aca están algunas de las fotos de ese día:





Definitivamnte, iba a jugar mas con esto.
1.
Quedamos en encontrarnos en la cafeteria de abajo, la de la entrada. Yo soy de llegar temprano a todos lados, asi que esta vez no fue la excepción. Habíamos quedado para las 17hs, lo que nos daba un margen de hora y media para hablar(nos) antes de entrar a la clase de sonido, que, como el resto de las materia, curso con Marlene. Llegó un poco tarde, pero no importa, porque yo llegue un toque temprano y asi quedamos a mano. Igualmente, ella me pide perdón y me tira el primer dato: "es que vengo de teatro...", o era de danza? No me acuerdo bien..,Pero no importa, el tema es que Marlene hace muchas cosas aparte de la facultad. Cosas de las que me voy a enterar apenas encontremos un buen lugar para sentarnos a hablar. La cafetería esta llena y es ruidosa. No va. Pensamos que una buena idea sería ir a un aula del tercer piso. Vamos. Todas ocupadas. Marlene dice que vayamos al entrepiso, "que a esas aulas no las usa nadie". Vamos, una vez mas. Bien. Hay solo un par de chicos cortando cosas con cutters.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana y comenzamos con la charla. Obviamente, la conversación se dispara constantemente para cualquier lado: pasamos de hablar de la familia al cine, de la música a la facultad, de la escuela primaria al trabajo. Un surtido multicolor de temas y tópicos. Sin embargo, ambos rescatamos algo de la charla que, por alguna razón, nos termino interesando mas que otros: creo que a Marlene le pareció sumamente curioso el hecho de que tengo un hermano mellizo, y yo me quede completamente sumergido en una situación en la que ella estuvo enferma. Si bien antes había tenido algunos retratos mentales sobre Marlene, fue recien cuando ella habló de éste período partícular cuando todo lo que tenia en mi cabeza sobre ella empezba a encuadrar. Me la imaginaba inmersa en una cama grande, enferma, frágil, conviviendo con eso, aburriendose en su habitación blanca con algunos posters pegados en la pared, mirando la televisión, rodeada de libros empezados pero jamas terminados. Ese era el retrato que me imaginaba de ella. Y si bien no me equivoco, Marlene también ya me había dicho algo sobre jugar con eso de la doble personalidad a la hora de hacer mi retrato.
Cuando nos dimos cuenta, ya era hora de entrar a la clase de sonido. Quedamos en que nos ibamos a mandar mails tratando de darnos a conocer a traves de nuestros gustos o todas esas cosas que conviven en nuestra cabeza y que de alguna forma influyen muchisimo en lo que somos. Quedamos asi.
2.
Los miercóles también la veo a Marlene. Cursamos Guión. Ahi fue cuando le propuse lo de encontrarnos en la feria del libro. Pero en realidad no me acuerdo. Lo que si recuerdo perfectamente, es que esa noche le mandé el primer mail.
3.
El jueves. Feriado Nacional. Me llega otro mensaja de Marlene en el que me dice que quedamos en vernos el viernes, en la feria del libro. Lo de vernos en la feria se me había ocurrido a mi, un poco como excusa para poder ir a la feria y, de paso, comprarle un regalo a un amigo (Un libro de Salinger que nunca apareció). Nos mandamos algunos mas, decidiendo lugar y hora. Dos de la tarde, en las boleterias. "Listo Marlene, nos vemos el viernes!", fue lo último que le puse.
4.
Llegó el viernes. Viajé sentado en el colectivo, y a esto me lo acuerdo claramente, porque casi nunca viajo sentado. El otro dia alguien en la clase habló sobre lo propicio que es viajar para incentivar la mente a flashear (medio desubicada la palabra, lo sé, pero esa es la exacta). Y esto no podia ser mas cierto, porque desde mi casa hasta Plaza Italia tengo, con suerte, una hora y media, hora y media en la que pensaba en las fotos que le tenía que sacar a Marlene dentro de un rato.
De nuevo llegué temprano. Pero Marlene tambíen. Antes de las dos de la tarde, estabamos haciendo la cola para entrar. En el mail ese que le había mandado, le nombré la pelicula "Dead Ringers" de Cronenberg como una de mis favoritas, y de visión clave si estaba dispuesta a jugar con esos de los dobles. Pero me contó que en el videoclub no la tenían, pero que conseguió "Cromosoma 5" y "El Almuerzo Desnudo". Buenisimo, las dos me gustan. Entramos a la feria por la entrada que esta a la vuelta. Un poco menos de cola. Apenas ponemos un pie en el lugar nos encontramos con un árbol inmenso. Le digo a Marlene si podemos hacer unas fotos ahí. Me dice que no hay problema. Y que bueno habernos topado con ese árbol, que bueno que ella justo se haya puesto un vestido que sería determinante para el resto de las fotos, y que bueno que sea otoño. Marlene jugaba con el árbol como si tuviera seis años: lo abrazaba, lo trepaba, lo miraba, se metía en él. Y yo disparaba los flashes. Que bien que le sientan los árboles a Marlene. Que bien que le sienta el otoño. Y ahí empeze: le sacaba las fotos entre plantas, hojas, troncos. Jugaba con las luces y las sombras de los árboles. Me la imaginaba como una nena que vivía entre ellos, que se escondía en las plantas, detras de las ramas, como un ser pequeño que estaba constantemente mirandonos desde abajo. Había algo como de insecto tambien en las fotos, pero de un insecto festivo, alegre, para nada temible. Algo de mariposa, tambien. Una imagen de Marlene que no se me había ocurrido. Y que apareció. Y que me gustó.
Aca están algunas de las fotos de ese día:






1 comentario:
me gusta mucho la última
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