viernes, 21 de noviembre de 2008

acomodando las ideas


Ahora si estoy en condiciones de hablar sobre la experiencia de San Pedro y todo lo demas.
Viendolo un poco a la distancia, si bien ni hace una semana de la entrega del trabajo (pero siempre pasa eso, las cosas se le van despegando a uno, tomando su propia vida, oxigeno, nos paso con todos los tps; este no podia ser la excepción), me soprende el resultado que conseguimos. Tengo en la memoria el viaje a San Pedro, todo el camino en la ruta, el empezar a hurgar, a imaginar lo que ibamos a hacer, a juntar las ideas que se iban cayendo al piso, y tratar de hacer, pero nada. Lo que habíamos habaldo con el grupo, la idea de ir y ver, de dejarnos soprender por el encuentro, tratar, de alguna forma, de que el lugar venga hacia nosotros y no al reves. Hablar sobre lo que ibamos a hacer ahi, generar algun tipo de plan o algo parecido nos sonaba medio inútil. Lo único que teniamos en claro era lo de filmar con super 8, un formato que a mi siempre me resulto intrigante, y, si, una idea casi caprichosa claro, pero de verdad pensabamos que tenia que salir algo bueno de la relación "viaje-super 8", porque el formato realmente daba para eso. Y despues, el resto de los formatos, la hi-8, la mini dv. Saltaba a la luz que, a la hora de tener que montar lo que fuera que hayamos filmado ahi, ibamos a tener que hacer dialogar a todas esas texturas distintas, al blanco y negro, al color, al vhs, a lo digital. Tambien sabiamos que una de esas camaras, la mini dv mas especificamente, no funcionaba del todo bien, por lo que seguro el material iba a tener algunas fallas. Pero ya. A la carga.

San Pedro entonces. No mucho para decir realmente. Como experiencia, super enriquecedora, sin duda. Pero me da la sensación de que, por mas de que yo escriba palabras y palabras, el material habla mucho mas sobre los dos días que pasamos en el lugar que todo lo que pueda llegar a escribir. Un poco de molestia, un poco de calor, un poco de no ver bien las cosas que tenemos adelante, la idea de que nada termina de cerrar, un poco de dolor de cabeza, de quemaduras por el sol, de insolación, de dormir poco. Y el ruido, la interferencia, la pesadilla si se quiere. Si. Asi nos quedo el trabajo, y a me gusta muchisimo. Me gusta que nuestros padres no lo entiendan, me gusta que cada vez que se lo muestro a alguien (y tanto Marlene como Tamara tambien pueden hablar sobre esto), me diga que no entiende nada, que dónde esta San Pedro, de por qué dejaron todos los errores, que el ruido esto, que el ruido aquello, que molesta y un par de cosas mas a las que nosotros, los autores, respoendemos de la mejor manera porque si, porque justamente eso era lo que buscabamos desde los primeros encuentros con el material. Sabiamos que teniamos que unir todos esos estados de animos, todos esos dolores de cabeza, toda esa transpiración que nos trajimos. Habia que hacer convivir a los formatos, habia que utilizar los pifies, la crudeza. Y llegamos a la interferencia, a la idea de la comunicación que falla, al mensaje que nunca termina de llegar, a las imagenes gastadas, sucias, que a su vez nos hablaban de un tiempo, de algo que ya paso, como un álbum de fotos arruinado por la humedad, en el que los rotros en las fotos ya casi ni se ven. Y por eso un poco lo de entregar en vhs, porque queriamos que el juego siga hasta la entrega, el estado fisico del trabajo. Lo de verlo en cinta, un poco arrinuada tambien. Y seguir buceando en los formatos, en la selva que nos supimos construir. En el núcelo duro rumbo una autopista abandonada, de dificil acceso.

Y fue el último trabajo.

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